Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

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Camino
hasta el lavabo,
abro el grifo,
lleno mis manos de agua
y a su contacto en mi rostro
la piel se encoge,
los ojos se expanden,
despierto a mil mañanas
antiguas y nuevas.