Acompañarte al fin del mundo y señalar el paisaje, inventar una palabra que te sepa dulce como el caramelo, darle a tu piel las caricias que merece, hacerte sonreír siempre que pueda.
Cuidar tus manos, jugar contigo, besar ese rinconcito que tú y yo sabemos, aplaudirte en silencio.
Echarte de menos hasta el dolor, sentirte cerca, saberme contigo.
Besarte y que me beses, y besarnos, y que se mueran de envidia los vecinos al oírnos.
Pasar vergüenza, sonrojarte, emocionarnos hasta la lágrima.
Hacerte sonreír, una y otra vez, y llenar mi mirada con tu reflejo.