Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

réquiem por un bufón pagano

No creía en dios,
en ninguno de ellos,
y se reía de sí mismo
más que de ningún otro.

Algo fue volviendo
su mirada triste,
su danza amarga...
¿sueños rotos?
Tal vez.

De pirata a bufón,
de guerrero a maestro,
de compañero a olvidado,
sus caminos fueron muchos
y aún así,
siguió buscando.

Místico agnóstico,
encendido y paciente,
fue quien supo o pudo.

Se cansó de divertir,
de doler,
de no dar abasto.

Se hizo humo
de tanto quemarse.

Quiso hacerse entender
por ver si así
entendía a los otros,
los que tanto le señalaban.

Adiós
a su lengua inquieta,
su mirada traviesa,
su dulce y tierna libido.

No acuñarán monedas con su rostro,
todos aquellos rostros.

Adiós a su agudeza, su señalar,
su sonora risa a destiempo,
su simular que no le importaba.

No tuvo bandera,
no se lo permitieron.

Poco a poco
se fue quebrando
y dejó de llorar,
las lágrimas se le rompían dentro.

Ya no quería
ponerse más disfraces
que los que se inventaba.

Creyó ser
cachorro,
anciano,
autor,
mago,
adolescente,
niño,
amante...

Quizá fue tantos
que discutieron.