Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

el fin

En el momento en que sentí la luz supe que era el fin de las colonias de la parte oscura. Un mundo construido al abrigo de la oscuridad - "Ni siquiera pueden vernos"- no podía sobrevivir bajo aquella luz que nos invadía. Todas nuestras lindes, edificios y organización quedaban sin defensa, a la intemperie.

Aún no me había repuesto del primer súbito impacto cuando sentí que el mundo se desmoronaba, una enorme fuerza lo arrasaba todo convirtiendo la colonia en nada, apenas una diminuta ruina.

Algunos conseguimos huir, presas del pánico, hacia las lindes exteriores. Durante la carrera, me golpeaba la certeza de que sólo retrasábamos el fin, y aceleraba aún más el paso. presentía que huía de la misma muerte, en una loca carrera sin posibilidad de llegfar a ninguna parte.

Aquella extraña fuerza continuó en su destrucción, parecía que nos siguiera a cada uno de nosotros. Pronto me vi arrastrado entre escombros de lo que había sido nuestro hogar. Intenté escalar entre ellos, a riesgo de volverme un blanco fácil, pero apenas podía evitar ser aplastado.

No sé cuánto tiempo duró esta disputa. Todo cambiaba de repente, lo de arriba estaba abajo, todo se embarullaba en un torbellino en el que de vez en cuando aparecía un compañero, tan asustado y perdido como yo. Intentando no caer en el agotamiento, seguí luchando hasta que, de pronto, sin ningún sentido, todo paró.

Aturdido, intenté situarme. Me hallaba medio enterrado entre restos de tierra trabajada, polvo, suciedad.. Todo carecía de forma, como si lo que había sido nuestra colonbia hubiera sido destruido y amontonado después de forma arbitraria.

Todo lo que había sido nuestro mundo era ahora una especie de montaña informe donde lo útil y lo inútil se entremezclaban. Intentar reconstruir todo aquello sería trabajo para muchos, durante mucho tiempo. Tendríamos que juntarnos todos los que quedáramos vivos y empezar de cero.

Decidí volver a la ciudad, suponía que todos los que hubieran sobrevivido se habrían dirigido hacia allí, pero no conseguía orientarme. Tanto remolino y desplazamiento me habían hecho perder toda referencia, ni siquiera podía saber dónde estaba.

Al cabo, aparecieron dos compañeros, que me hicieron ver que nos hallábamos en lo que antes era la zona iluminada, lejos de cualquier refugio. Sin pensar en si era mejor ir juntos o cada uno por su lado, comenzamos a caminar.

Apenas habíamos recorrido un pequeño tramo cuando aquella extraña fuerza volvió inesperadamente sobre las ruinas de lo que había sido nuestra colonia, haciéndolas desaparecer en dos o tres embestidas. Huimos alocadamente, perdimos el rumbo, el pánico hizo que nos separáramos, la casualidad que yo eligiera el camino correcto.

Cuando ya llegaba a la ciudad, dispuesto a avisar del peligro que corríamos, quien creyera que en la zona oscura estaría a salvo había de saber que ésta ya no existía, todos debíamos permanecer en la ciudad, esperando que aquella extraña fuerza no nos encontrara, oí un extraño sonido, algo parecido a
- Cuántas hormigas había bajo la alfombra..