Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

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Quizá las rocas a la vuelta puedan contar historias más sórdidas, pero él conoce la última infancia y primera adolescencia de todos en el pueblo, cuando todo es furtivo y nuevo, y pequeños actos suponen grandes aventuras.

Al cobijo de su sombra, cada uno transgredió las normas que consideró transgredibles, aprendió nuevos afectos y maneras de mostrarlos, y fue creando la parte de mundo que entonces imaginó suyo, dando pistas de quién sería en el futuro, dejando migas de pan en el camino de ida y vuelta que es la vida.

Quizá la arena en la playa sepa de pieles húmedas apretándose, él conoce el temblor de una mejilla al ser acariciada.

Algorta