Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Sonrío
este viento frío
que me sabe a hogar,
el sol tibio y tímido
como una caricia
prudente.
Sonrío
el vagabundo tomando café
en la máquina del metro
con un amigo,
la calma abandonada
de domingo.
Sonrío
saberme solo.
Y solo,
sólo sonreír
las sonrisas que no provoco,
las miradas que no me miran,
los abrazos que no me corresponden,
las ausencias
tan presentes.
Sonrío
deslavazado y ajeno
a veces,
conmovido e implicado otras.
Sonrío
el blues de los niños,
la poesía de los ancianos,
la tregua del guerrero,
las mentiras que me cuento.
Sonrío al enemigo
en el espejo
(te voy cogiendo el truco,
que lo sepas).
Sonrío
porque es lo que me queda,
sonreír.

Y liarme a hostias
con las sombras que me estorban
¡Que tengo luz!
¡Y ya toca!