Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Día y medio llorando.
No por ciento cincuenta civiles asesinados, eso pasa cada día, he aprendido a vivir con ello.
Por la reacción.
Por nosotros.

Hoy siento mi esperanza en el ser humano
resquebrajarse.
Y sólo me nace un NO.
El NO más grande.

Qué fácil es hacernos creer que existe un enemigo
y que es el malo.
Qué sencillo dibujar un trapo para que embistamos.
Tan sencillo que parece que
lo estuviéramos deseando...
lavar nuestra conciencia en la miseria ajena
(como si sólo pudiéramos mirarnos bien
forzándonos a creer que hay otros
peores que nosotros).

Espero poder curar
también
esta herida.