Abro
la ventana que da
a ninguna parte,
esta triste ventana.
Vuelvo
a los nombres que me duelen
con la intención
de sonreírles.
Cada sombra nace
de una luz
y todo es un poco
como un juego.
Nunca sabes
cuándo va a surgir
la magia,
esa chispa que te reconforta
y te reconcilia
con la vida.