Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

tengo

Tengo los ojos
hacia afuera,
como ventanas que buscan qué acercarme.
Tengo las manos
hacia adentro,
lo que acaricio se vuelve parte de mí.
Tengo el corazón
alrededor,
envolviéndome.
Y tengo, también,
la cabeza fría.
Es por eso
que apenas le hago caso.