este mar tranquilo
que refleja un cielo claro
me trae tu mirada
este viento suave
que refresca la tarde
me acerca tu voz
tu dulce voz
tu sonrisa me llega
con el sol
el día se calma
al saber de tu alegría
un sol bajo
tiñe de ocre los árboles
y me recuerda que
aunque no lo parezca
ya llegó el otoño
y la plácida tarde
se viste de tu ternura
dos pajarillos
se adornan en cabriolas
del pino a la palmera
de la palmera al ciprés
una y otra vez
se siguen se llaman
se esquivan se recrean
quién sabe a qué juegan
escondidos entre las ramas
el sol va ocultándose
tras una ladera
en una larga despedida
va llevándose su luz
las aves se recogen a sus nidos
yo a tu recuerdo