Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

En estas manos
he sentido el viento,
la fuerza de la vida
que a todos nos inunda
y se ha posado la lluvia,
la magia tibia
que alimenta la tierra.
En estas manos
han caído lágrimas
de pena y alegría,
propias y ajenas,
y han sonreído rostros
de niños y ancianos,
de damas y piratas.
En estas manos, duras
y a menudo cansadas,
crece una dulce caricia
esperando ser entregada.

En estas manos
de pasión y arrebato,
pueden leerse mil historias
que, al cabo, cuentan una:
la mía.