Si yo fuera noche
y tú fueras día
(qué bellos amaneceres)
se vería la luna
cada atardecer
mucho antes de que anocheciera.
Si yo fuera sol
y tú fueras luna,
dejaría calentito
el mar
para que mimara tu reflejo.
Si yo fuera cielo
y tú fueras mar,
el horizonte sería
mi patria.