Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

La mañana despierta fresca
aunque el aire quede quieto.
El gallo aprovecha
y provoca que se abran
algunas ventanas.
La estela de un avión
cruza el cielo
sin apenas difuminarse.
El cd colgado juega
a molestar con sus reflejos
y espanta a un pájaro
que llegaba a desayunar.
Las copas de los árboles
apenas se mueven,
sólo un poco las más altas.
Abro del todo la ventana,
ni una nube,
el chorrillo me saluda
con su trino perenne.