Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

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En un pequeño paraíso a espaldas del mundo ajeno y extraño, mirando de frente a la vida..
-estamos locos, eh?
-qué va, locos están los demás, los que no son capaces de sentir una pasión así
cuatro hombres niños miman su arte hasta el detalle..
-va, que si que t`agrada
que sonría, que se apene, que se enfurruñe si es necesario..
-no sé el que he fet, només he disfrutat
todo un día disfrutando de cuatro canciones, hasta hacer que ellas disfruten de nosotros.

Por momentos soy testigo, invitado, compañero.. la mayor parte del tiempo me siento uno más. Reímos, conversamos, nos emocionamos..
(hubo un momento, sin palabras, en que nos dimos la mano)
no necesitamos sincerarnos, porque somos sinceros, ciertos. Disfrutamos de la comida, la bebida, las travesuras (incluso jugamos a indios sin vaqueros).. pero sobretodo, de la compañía..
-y mejor persona
nos queremos a la cara, y a la espalda nos amamos.

Me aparto unos pasos invadido por la triste melodía y, a la luz del último sol y de la primera luna, me llegan palabras encadenadas..
“cada dibujo que hago en el aire acaba siendo tu rostro”
sonrío mi suerte y regreso a ellos, a tiempo de ver cómo algunas hojas caen a su ritmo para acariciar la batería.

Todo un día mágico, sublime. Ya de regreso, al despedirse, el Enric se me adelanta..
-gracias por haber venido
y aunque no lo digo, pienso
-amosnomejodas..