Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Quizá yo también fui un regalo. Una chispa de alegría cuando arrancabas. Tu bastón, desde el primer tropiezo.
Los dos sabemos de la magia (cómo no iban a saber una bruja y un diablo). Quizá alguna maga, de esas que les gusta hacer regalos, pensó
-Yo ya tengo mi príncipe, y no es momento para reyes. Pero este caballero sin escudo, del que dicen que fue pirata (y tantas otras cosas), está en la puerta esperando, pregunta por ti, y dice que no se va, sea cual sea la respuesta.