Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Las tardes de sol obsesivo, mientras el hormigón y el asfalto rebotan el calor acumulado durante el día, en este pueblo construido sobre agua donde ni siquiera el viento sur se lleva la humedad, la tierra en ese pequeño rincón a la sombra de dos árboles se conserva oscura y húmeda.
Erandio