la que vivió
siendo su amada,
dijo ayer:
"que sólo le lloren
los que no le conocieron".
Así sea, te lloro
por no haber conocido de ti
más que la parte de mí
de la que hablabas.
Más allá de méritos
y laureles,
te fuiste siendo aún
una conciencia inquieta.
a José Saramago