Brújulas dormidas
en el alféizar,
diez gatos maullando
a nadie,
no hay luna,
hoy no quiere.
El cascabel
ha caído en el agua,
ya no suena,
las lámparas se han puesto
del lado de las sombras,
las velas son de hielo,
pero no hay lágrimas,
no da para tanto.
Algo rompe el ritmo,
se tambalea,
dónde cae
sólo él lo sabe.
Quizá, en su regreso,
acierte a contárnoslo.