Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Ahora que somos
falsos, inciertos
y nos hemos alejado
tanto de la verdad
que podemos prescindir de ella,
qué altos, qué sonoros,
qué fuertes, qué orgullosos,
qué descreídos.

Abandonamos la tierra
y la cubrimos de asfalto y cemento
para mentirla y desmentirla
y engañarla.
Damos nombre, nuestro nombre,
a lo que sabemos
y a lo desconocido,
verde, rojo, claro, oscuro
negro, nada.

Dibujamos la vida en matices
con la intención de olvidar
la esencia, la ausencia, la presencia,
conscientes como somos
de que puede más el diablo
con un tirachinas
que un ángel con dos escopetas.