Todos los matices
del negro
en un sólo golpe.
Todos los no.
Los quizá
pero, al final
no.
Todas las cenizas,
todos los miedos.
O quizá
no querer reconocer
quién soy.
No quién fui,
quién soy.
Así de triste.
Tan dolorido.
Silencio.
Que ninguna palabra estorbe
lo que sólo un abrazo
puede explicar.
Silencio.
Me mata,
pero no es tan grave,
ya me han matado
otras veces.
Silencio.
Que todo sea
lo que haya de ser
o lo que buenamente
pueda.
Y seguir.
Siempre hay que
seguir.