Que cada día
un verso mío
alcance a donde debe,
un alma.
Que cada mañana
el sol me descubra
sonriendo.
Que los caminos
no me lleven,
que me acompañen.
Que algo de mí quede
en el lugar que abandono
para saludarme
en mi regreso.
Que a donde arribe
pase a ser mi sitio,
pues allí es donde soy.
Y que, alguna vez,
en tu sonrisa
se vea reflejado
mi recuerdo.