Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

La tímida luz de la mañana
entra en la habitación
con delicadeza,
como la madre
que sabe ya despierto al niño
y le avisa
que es la hora.