Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Tengo envidia del mar,
que en el horizonte
besa el cielo
y en su ir y venir
en la orilla
acaricia el mundo.
Tengo envidia de su fuerza
y su calma
de semblante infinito,
del brillo de las olas
en la noche,
y de las maravillosas criaturas
que en él habitan.
Tengo envidia del mar,
sus colores y sonidos,
sus aromas,
sus arrebatos,
su luz y sus misterios,
su profundo significado
de aventura.
Pero, más allá
de todo esto,
tengo envidia del mar
por lo que provoca
en tu mirada.