Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Dos estelas
cruzan el cielo,
origen y destino
desconocidos.
Abajo
mantenemos nuestro ritmo,
ni lento ni rápido,
nuestro.
Sol tibio y brisa fresca,
cada pequeña cosa
merece un nombre.
Cada aroma,
cada sonido,
cada estúpida insignificancia
cobra sentido.
A los ojos de lo cierto
existir cuenta,
y nadie es más importante
que otro.