Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

La luna no es madre de las estrellas. En la quietud de la noche, el aire es frío, pero pausado.
No hay luces en las casas abandonadas, ni en las farolas rotas.
Un gato maúlla dulce en la distancia, sonrío a mi lapicero:
"Se hace largo el camino, cuando no se sabe a dónde da".