Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

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Hoy he conocido a un tipo sorprendente y entrañable.. con su sombrero, su catalán campechano y su humor sencillo, humilde maestro que no pretende serlo.
Dejo aquí su nombre, como agradecido homenaje: Carlos Valladolid, taxista jubilado y ex-motero.
-Ya puedes llamarme Carlos, desde hoy somos amigos.