casi a media luz,
pequeñas almas
profundas
dispuestas a desgranar
sus entrañas.
-Se me oye?
-Se te escucha.
Y creyendo mostrar
el interior de quien recita,
se señalan recodos
de quien aplaude celebrándolo.
Cada voz es ya amiga,
cada oído compañero,
y todos nos envolvemos en un abrazo
en el que incluímos,
sonriendo,
a los que no vinieron.
Barna, febrero 2012