Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

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Un rinconcito
casi a media luz,
pequeñas almas
profundas
dispuestas a desgranar
sus entrañas.
-Se me oye?
-Se te escucha.
Y creyendo mostrar
el interior de quien recita,
se señalan recodos
de quien aplaude celebrándolo.
Cada voz es ya amiga,
cada oído compañero,
y todos nos envolvemos en un abrazo
en el que incluímos,
sonriendo,
a los que no vinieron.
Barna, febrero 2012