Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Me gusta bailar
junto al árbol
de sombra generosa,
abrazar su cintura,
contagiarme de su capacidad
de vivir.
Guiñar el ojo
a las criaturas nocturnas
y a los diablillos del bosque;
fingen no verme,
pero siempre acaban
respondiendo.

Mentís
cuando decís que miento.

Deslizo mi turbante
en tus caderas,
como una caricia triste
que provoca tu sonrisa.
Amanezco
antes de que el día despierte,
no quiero librarle
del placer de saber
que tiene un compañero.

¿Aún decís que miento?

Veo los crímenes,
cómo se hieren a sí mismos...
¡No podéis comprarme!
No podéis
si me regalo.
Lloro
y mi llanto es como lluvia
en tierra agradecida.
Río
y los bufones me rodean
para presumir de mi alegría.

Y aún decís que miento...