Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

En el banco de piedra donde nadie ya se sienta, entre la luz del sol y su sombra, la brisa mueve las plantas que lo rodean, invitándole a la vida.