Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

A eso de las nueve y cuarto, el sol supera el edificio de enfrente. Es como si hasta entonces no amaneciera de verdad, y todo fuera una previa para el día que viene.