Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Me he quitado un peso de encima, para echarme uno que me guste. Sol temprano, aire frío, paseo por la ciudad tarareando, dejo escapar silbidos.
Un niño disfruta de su aspito, me lo muestra, me lo oculta, ríe y se pone serio. O los escaparates reflejan mal, o llevo unas ojeras de cuidado.
Frunzo el ceño, el ala de mi sombrero es demasiado corta, y sonrío, como un hábito que nunca oculto.