Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

El humo sube lento, bailando a su propio ritmo. No sentiríamos el aire moverse si no fuera por su danza. Nos hipnotiza, sin vientre ni ombligo, sin ni siquiera mirada.