Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

La playa nunca será mar, ni la mar podrá nunca ser playa. Midiendo el tiempo en mareas, que parecen unirlas y separarlas, siempre nos quedará la duda de si las olas buscan acariciar la costa, o ser acariciadas.