Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Abandono mi cueva amarillenta, tenía sabor a celda, como un sagutxu en una caja de zapatos.
Las racholas de las aceras saludan mis pasos, corro lento, camino rápido, pakipallá.. sin alzar la mirada.