Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Lo llaman sirimiri, como el de Bilbao dicen, pero no es tan fino, aunque también cae bailando.
No sé si tú verás el arco iris, ante mí se levanta una enorme nube, plantada como la cresta de Montserrat, cuando un avión pasa entre el perro y el osito de peluche, como un mosquito entre algodones.