Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Junto a la chimenea
sin fuego,
a la puerta
de mi nueva cueva,
la luna
es un botón de plata.

Un nuevo aprender,
un nuevo luchar,
cada vez más yo,
cada vez
menos solo.

Miga a miga
se hace una hogaza,
paso a paso
se pelea un sueño.

Un frío que no es,
un calor tibio
y a ratos,
un nuevo adaptarse,
un nuevo nacer.