Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

El viento es fuerte, incluso levanta de vez en cuando algo de arena. El mar rompe primero a la derecha, como un trueno lejano, y su cresta se acerca hasta romper frente a mí en un rugido rotundo y grave, la luz nocturna da un brillo especial a la espuma de las olas.
Cierro un momento los ojos.. "sólo escuchar el mar, rompiendo en mi interior.."
Admiro absorto el cielo, van naciendo nuevas luces, me gustaría verlas con tus ojos.
Sé que es imposible, pero siento tu mano cogiendo la mía, y el mar respira a tu ritmo, a nuestro ritmo.
Cada vez más poderoso, cada nueva ola enciende nuevas estrellas, nos envuelve una magia que provoca tu sonrisa.

Agacho la cabeza, extiendo los brazos, dejo que la noche y su mágico momento me enreden mientras doy las gracias en silencio.
Me siento grande y pequeño, todo y nada.
Casi en silencio, digo
-Te amo.
y al alzar la vista, soy yo, somos nosotros, quienes hacemos rugir al mar y prendemos luces en el cielo.

agosto 2010, Cayo Paraíso