Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Ahora duerme, con la mochila y las botas junto a la cabeza. De noche no consigue hacerlo, a veces nos depierta porque necesita charlar, otras se marcha, quién sabe a dónde.
Tiene un hablar dulce, casi amanerado, y completamente inconexo.
El día que le conocí no me gustó. Un tipo vestido con ropa nueva que pide y recibe una paga.
A veces habla sin parar, otras pregunta y pregunta. Quiere conocer la vida de los demás.
Lleva desde los catorce en la calle, y tiene treinta y cinco. Le diagnosticaron esquizofrenia
-Pero no estoy de acuerdo.. no creo que sea eso.. sí, hay episodios.. pesadillas.. pero no hay ataques de epilepsia.. ni voy por ahí.. no sé.. quiro tener amigos. ¿Es malo querer tener amigos?
Es su tema recurrente. Amigos.
-Me he dado cuenta de que no hay que viajar por medio mundo para tener amigos, porque con vosotros estoy a gusto. Es bonito estar a gusto..
Se siente abandonado. No sabe de nadie de su familia desde hace mucho. El día de cobro, muchos preguntan por él, porque no le importa prestar. Hasta el mes sigueinte, sólo le acompaña, casi le cuida (a cambio de mantenerle algún que otro vicio), su penúltimo amigo, un extranjero que conoce bien la ciudad y a todos los que viven en la calle.
El ejército tampoco lo quiso. O no lo quiso él. Pero en algún rincón de su cabeza aún queda esa fantasía, como el niño que juega a ser soldado.
Se le da bien pedir. Se mantiene con eso. Y gastar. Siempre está deseando invitar a alguien a algo.
Cuando cree que nadie le oye, canturrea temas infantiles, estribillos que a otros se nos han olvidado.
-¿Qué vais a hacer hoy?
Lo pregunta cada mañana, pero nunca se apunta.
Lo más suave que he oído de él es que se le va la pinza. No le respeta nadie, ni los que se hacen pasar por amigos.
-Al final voy a tener que pensar que esta gente está conmigo sólo por el dinero.
Aún lo duda.

Hoy lleva durmiendo toda la mañana. No hay ruido que consiga despertarle. Cuando levante, se buscará la vida para comer, pero pronto echará de menos estar con alguien, y volverá a aparecer.