Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Ya escribí mi réquiem,
ya lloré mi adiós
hasta sangrar.
¿Qué me queda?
Aprender, caminar,
cantar, descubrir
que en el ser más pequeño
hay amor,
que nos quejamos de vicio.