Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Supongo que es la última vez que veo el reflejo alargado de las luces de la margen izquierda en la ría. Recuerdo que de crío las miraba desde el coche cuando volvíamos de pasar el domingo con la familia. Ya entonces me parecían lágrimas de colores, pañuelos de despedida.

Llegan dos chavales, más tarde me contarán que de dieciséis y veinte, que van disponiendo sus cañas y aparejos sobre la piedra.
-¿Vais a estar toda la noche?
Me dicen que sí, y quedan en avisarme si se marchan, al tiempo que se presentan.

Aitor, de complexión fuerte y marcado acento euskaldún, ha nacido para pastor. Mikel, delgado y fibroso, de tez morena, no puede parar quieto, y su hablar es rápido y bullicioso, cargado de gestos de cachorro retador. Es más duro de lo que parece, y menos de lo que cree aparentar.
Ambos dan la mano con la energía de un currante, aunque no les noto callos. Miran a los ojos con honestidad, y respetan mi postura de no pescar ni cazar.

Me ofrecen un batido de sabor a elegir, y compartimos batallitas, maneras, risas.. Al padre de Mikel le dieron una medalla. Por héroe.

Hablamos de lo humano
-..no puede haber una tercera guerra mundial, porque los dos bandos tienen capacidad para acabar con el mundo tres o cuatro veces.. qué hacen.. ¿mira que me cargo el planeta? ¿pues yo otra vez? Si ya no hay planeta, qué te vas a cargar, atontao..
-Descarao.. es como de críos.. yo te mato.. y yo te mato más
y de lo divino
-..si yo no digo que no exista.. pero si existe se distrae mucho.

Mikel es por momentos un niño entusiasmado con todo, por momentos un adolescente que repite poses y jerga para hacernos ver que sabe "de qué va la cosa". En un rato que se va a las cañas, Aitor me cuenta que hace poco el chaval perdió a su padre, y esto de la pesca le viene bien. Le doy las gracias en su nombre, y le prevengo de que volará. Aún le queda algo de pavo, pero en este barrio no lo dejan hasta la muerte.