Noche de verano, aunque sea lunes, queda gente en las terrazas charlando y riendo, algunos pasean, otros se dirigen a sus hogares.
Me he encontrado a un amigo.
-Cada uno se ahorca como quiere..
Supongo que sí, que se trata de eso, de elegir el modo.
A través del portal veo la escalera que da a la extraña fuente, supongo que relaja, pero tendría que estar nervioso para saberlo. Los escalones son primero estrechos a la izquierda, luego a la derecha, recojo la llave en recepción, salgo al balcón con la libreta.
Pasa algún viejo lobo, y las nuevas hornadas de inquietos. Se parecen tanto a quienes éramos..
Hay algo en el ritmo de los transeúntes que los delata como urbanos.
Es muy tarde cuando la calle queda al fin desierta y silenciosa. La temperatura es agradable, aunque no corra brisa, Bilbao casi siempre consigue una noche fresca.
Casco viejo