Despierto aún de noche, en el banco de al lado hay uno haciéndose un bocadillo. Es de raza mora y, por la habilidad con la que parte el pan y dispone el queso en su interior, va borracho.
-¿Quieres parte bocadillo?
No, gracias..
-De verdá.. ¿quieres parte? Yo doy..
Cuando acaba su cena, me pide unas caladas.
-Toma, para ti.
y me enciendo otro.
Es de Argelia, lleva aquí desde el noventa y tres. le cuesta, pero domina el idioma, con sus giros y tacos. Habla a gritos y, cuando dice mi nombre, suena más parecido a como es que cuando pronuncio el suyo. Conoce bien la ciudad y sus barrios, y me cuenta que no cobra la ayuda "por orgullo".
Dice que su vida es dura, que cualquiera no la viviría, pero pronto cambia el discurso
-Somos duros, juanjutxin..
Se golpea el pecho y levanta el índice,
-Yo vivo, eh? Tú vives, eh?
luego se le pierde la mirada un momento
-Yo existo.
y vuelve a mirarme a los ojos.
-..no?
Asiento, y confirma
-Existimos, juanjutxin.
Vive en la calle, estuvo en un piso con ecuatorianos y no se entendían.
-Yo pago mi dinero, doscientos setenta euros.. ¿y te metes conmigo? Yo pago mi dinero! Alguna vez he llamado ertzaina, pero pasan.. yo digo "pago mi dinero" y ellos..
Hace el gesto de sacudirse las manos, con orgullo y desprecio, como quien se quita los últimos e incómodos granos de arena.
-Qué hago.. ¿los mato? yo no piso cinco o siete años cárcel por dos mierdas.. no, vivo en la calle.. me gusta vivir en calle!
Me quiere llevar a dormir, tiene un sitio sin luz pero con agua.
-Te duchas bien y comemos bien, puedes dormir si quieres..
Le cuesta creer que estoy a gusto así.
Nos interrumpen los aspersores, y aprovecho para despedirme. Se empeña en regalarme una cerveza y, aunque no bebo, la acepto y doy un trago que me sabe a gloria y da por sellada nuestra amistad.
a Yahid