Mientras el ser humano como especie busca encontrar el límite del universo, siete humildes siluetas aprenden el ritmo real, fluido y constante que la vida nos regala..
..y en su fluir se mecen absortos, como el niño que mueve la mano bajo la corriente de un río de montaña, aprendiendo para siempre (la piel tiene memoria) la caricia de la diosa agua.
Amezola