Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Pequeñas almas eternas, con su caminar de hormigas, cada saludo es una sonrisa, cada hola un abrazo.
El cielo se vuelve gris por momentos, extraño verano este, y las pieles mediterráneas aprovechan los resquicios de sol para celebrarlos.
Les gusta la calle, el aire, y no salen a mostrarse, sino a encontrarse unos a otros.