Pequeñas almas eternas, con su caminar de hormigas, cada saludo es una sonrisa, cada hola un abrazo.
El cielo se vuelve gris por momentos, extraño verano este, y las pieles mediterráneas aprovechan los resquicios de sol para celebrarlos.
Les gusta la calle, el aire, y no salen a mostrarse, sino a encontrarse unos a otros.