Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

Chispas de agua
que quieren ser nieve,
frío estrecho y húmedo,
recogido.
En la tejavana de uralita
se amontona el verdín,
que gotea su tristeza
sobre las racholas.
Lo que pudo haber sido
no será,
porque ha de ser otro,
que el tiempo sólo baila
hacia adelante.