Itineraria de reflejos, lírica y melancólica, dejo parte de mí en cada paisaje que visito, pero no hallo donde quedarme.. empapado, continúo mi camino, a donde quiera que dé.

A veces uno llega a donde todos conocen su nombre y es bienvenido con sincera alegría, y se siente una gota en un nuevo mar, más tranquilo y cálido.
Sentado en una sonrisa, esperando ser útil.. como un arpa en la esquina iluminada del salón.
Asoman lágrimas, quién sabe el motivo, y viene a secarlas un pañuelo sonriente y cariñoso, familiar.